“El primero de enero empiezo la dieta” o “el año que viene voy a organizar mejor mi tiempo” o “a partir de febrero nos vamos a comunicar mejor en mi área de trabajo”. ¿Les suena familiar? Bien. Esto es lo que llamamos “resoluciones de año nuevo”. La pregunta entonces es: ¿existe alguna forma de que estas expresiones de deseo se transformen en realidad? Y nuestra respuesta es contundente: SI HAY!!
Así que si son de aquellos a los que les gusta entrar al nuevo año con una lista de resoluciones acá van algunas pistas:
Paso 1: No hace falta aclarar que la mayoría de estas determinaciones son muy fáciles de anunciar (o escribir) y muy difíciles de hacer. Lo mejor es fijar un objetivo a la vez y desdoblarlo en tareas que impliquen pequeños pasos. Una herramienta fundamental es que esta resolución sea lo más definida posible. No se trata de decir “voy a leer más”. Se trata de definir cuántos libros, cuáles y en qué tiempo los leeré.
Paso 2: No se sobrecarguen. Seleccionen aquello que, por la razón que sea, los desafía o estimula y hagan foco concentrando toda la energía y la atención para lograrlo.
Paso 3: Busquen alguien que los acompañe en el camino. Alguien en quien confíen y que pueda monitorear los avances, contener las ansiedades y, en fin, actuar como soporte.
Paso 4: Si retroceden o se desenfocan, retomen!! Empiecen de nuevo. Lo importante es no renunciar.
Paso 5: Premiarse es importante. Implica reconocer que vamos avanzando en nuestro compromiso de lograr ese objetivo tan deseado. De esa manera nos estimulamos a seguir el camino elegido.
Paso 6: Elijan cosas que dependan de ustedes mismos y no de otros (asensos en la empresa por ejemplo). De esa manera, el riesgo de frustrarse es mucho menor.
Por último tómense tiempo para reír, para hacer lo que les gusta, para disfrutar. Tener un desempeño excelente en la vida y en el trabajo no implica estar siempre alerta y con cara de preocupación.
Esperamos que tengan mucho éxito y que disfruten de un año saludable, próspero y sorprendente.
