Cuando una persona está buscando trabajo – independientemente si está trabajando en otro lado o si está desempleado – dedica tiempo y pone expectativas, necesidades e intereses sobre el proceso y sobre las posibilidades de quedar seleccionado en “ese” empleo que por lo menos, en un primer momento, aparece como interesante. Es por eso que muchas veces los candidatos que en definitiva quieren obtener lo que el selector (o quién toma la decisión de incorporación a la empresa) parece poseer, adaptan sus comportamientos para ser evaluados en favorablemente.
En un artículo publicado recientemente en el Suplemento de Empleos de La Nación, se dan algunos consejos para que la conducta adoptada en la situación de entrevista no parezca forzada y evitar cometer errores innecesarios que puedan opacar un buen candidato para el puesto que se está seleccionando. Entre los consejos publicados rescatamos los siguientes:
(…) aunque parezca obvio, los selectores recomiendan llegar en el horario pactado, ni muco tiempo antes ni mucho tiempo después. “Primero, un saludo cordial. El entrevistado debe mirar a los ojos durante la entrevista y no bajarlos ante ninguna pregunta del interlocutor. Conviene evitar los movimientos nerviosos con las manos y responder todas las preguntas de modo conciso y directo, sin grandes rodeos verbales”, enumera Claudia Maestsu directora de ETT Faster.
La sugerencia es no extenderse en anécdotas que alejen del núcleo de la pregunta del consultor, ya que el tiempo es limitado y hacer un relato ordenado de conocimientos y experiencias con precisión y seriedad.
Los candidatos suelen dudar acerca de si es correcto preguntar mucho durante la primera entrevista laboral. Los selectores aseguran que es bueno hacerlo tanto para aclarar información recibida como para ampliarla.
Aunque no hay recetas mágicas, los consultores reconocen que no toleran ciertas situaciones. Detectar mentiras o inconsistencias en el relato está entre las más graves.
También es contraproducente hablar de manera negativa de la empresa en la que se trabaja o que trabajó anteriormente.
Queda claro que no hay recetas mágicas para tener éxito, y que éste la mayoría de las veces depende de una conjunción de factores tanto objetivos (como tener determinada experiencia en un rubro, posición o tiempo en un puesto); como de factores subjetivos donde entran en juego cuestiones más personales de quién entrevista y de quién toma la decisión de incorporar en la empresa.
No obstante, y si bien estos factores están siempre presentes es importante que al menos los candidatos eviten pasos en falso o errores “no forzados” en una situación de entrevista más aún cuando la demanda laboral está contraída y los candidatos son muchos.
– Fuente: “FRENTE A FRENTE PARA GANAR” por Marilina Esquivel para La Nación 17/05/2009 Suplemento La Nación Empleos