Demanda que supera la capacidad de respuesta, personal calificado cada vez más escaso y caro, mercados externos apetecibles, materias primas con precios en alza, competencia globalizada, equipamientos a full. ¿Cuál será nuestra respuesta frente a esta realidad que nos ofrece tantas oportunidades? Tal vez sea el momento de pensar en hacer cambios que vayan más allá de la superficie. Tal vez sea hora de pensar a mediano y largo plazo y no sólo en el corto plazo.
El TPM, hoy llamado Total Productive Management, es cada vez más popular en el mundo y, especialmente, en los países de América Latina. Creemos que esto se debe al hecho de que más y más empresas toman conciencia de que usar TPM puede producir resultados asombrosos. Estamos hablando de duplicar la productividad y/o reducir costos en un 30% o más.
El TPM es un método de gestión empresarial que identifica y elimina las pérdidas de los procesos, maximiza la utilización de los activos y garantiza la creación de productos y servicios de alta calidad y a costos competitivos.
Para ello reeduca a las personas para orientarlas hacia la prevención y la mejora continua, aumentando así la capacidad de los procesos sin inversiones adicionales.
Actúa también en la cadena de valor, reduciendo el tiempo de respuesta y satisfaciendo a los clientes con lo cual fortalece a la empresa en el mercado.
Los efectos del TPM se miden en la mejora de los resultados del sistema productivo, es decir, en términos de P (productividad), Q (calidad), C (costos), D (delivery interno y externo), S (seguridad, higiene y medio ambiente) y M (moral y satisfacción en el puesto de trabajo).
Con el TPM buscamos mejorar no sólo los factores relacionados con los resultados en términos de producto (P, Q, C, D) sino también los relacionados con el aspecto humano (S y M).
Para ser más específicos, podemos referirnos a algunos de los resultados alcanzados por plantas que ganaron el Premio a la Excelencia en TPM:
1- En el área de producción, la productividad con valor agregado creció entre 1 y 2 veces.
2 – Los quiebres esporádicos se redujeron de 1/10 a 1/250.
3 – Las quejas de los clientes relacionadas con la calidad disminuyeron en un 75 %.
4 – El costo de las mercaderías producidas fue reducido en un 30%.
5 – No se registraron retrasos en las entregas.
6 – Se logró una reducción del 50% en los inventarios de productos en proceso y productos terminados.
7 – No se produjo ningún accidente con ausentismo.
8 – No se registró ningún tipo de polución.
9 – En términos de moral, el número de sugerencias generadas por empleado creció entre 5 y 10 veces.
En resumen, la forma más simple de entender el TPM es como un método de gestión altamente integrador de los recursos existentes que direcciona los procesos organizacionales de manera tal que se alcancen los objetivos del negocio y para ello identifica y elimina sistemáticamente las pérdidas es decir aquello que no agrega valor.
En el contexto en que nuestra industria se está desarrollando, entendemos que sistemas integrales como este son los que permiten capitalizar las oportunidades al mismo tiempo que consolidan a la empresa para hacer frente al futuro.